Lo primero que deben saber las personas que han perdido un familiar es que no hay urgencia en la realización de trámites, ya que hay un plazo de seis meses desde el óbito para liquidar el impuesto de sucesiones. Si pueden ir gestionando los seguros de vida con las aseguradoras y, en este sentido, hay un registro público de seguros de vida en el Ministerio de Justicia, para consultarlo.
Para dividir la herencia lo primero hay que saber es si el causante hizo o no testamento. Y para ello hay que solicitar un certificado al Registro General de Actos de Última Voluntad, que se encuentra en la Dirección General de Registros y Notariado de Madrid, aportando un certificado de defunción.
La herencia a efectos de su división, se divide en tres partes: un tercio llamado de libre disposición, que el causante puede disponer a favor de cualquier persona, Un tercio de mejora, con el cual el testador puede mejorar a uno de sus herederos. Y el tercio de legítima que, en todo caso, es intocable por el causante ya que corresponde a los herederos forzosos. Los herederos forzosos son los hijos y descendientes respectos de sus padres y ascendientes. A falta de los anteriores, son los padres y ascendientes respecto de sus hijos y descendientes. Y también es heredero forzoso el viudo o viuda.
Si hay testamento, la legítima estricta es un tercio de la herencia a favor de los herederos forzosos. Si no hay testamento la legítima de los hijos son dos tercios de la herencia, y la del viudo/a el usufructo del tercio del tercio de mejora si hay hijos y descendientes, o bien el usufructo de la mitad de la herencia si no hay descendientes pero sí ascendientes.
En la práctica, si no hay testamento, lo habitual es adjudicar dos tercios en pleno dominio a los hijos, y la nuda propiedad de un tercio a éstos también, reservando para el viudo/a el usufructo de un tercio.
Siempre es aconsejable que los herederos alcancen acuerdos para dividir una herencia, porque si se acude a un procedimiento judicial para ello, se incurren en muchos gastos procesales (letrado, procurador, peritos tasadores y contador partidor) y se lleva a cabo un proceso muy largo en el tiempo, y muy desagradable porque enfrenta a familiares entre sí.